Se caracteriza por la necrosis aguda e intensa del tejido
gingival. Desde el punto de vista etiológico se trata de una
infección polimicrobiana en la que participan microrganismos
anaerobios (en particular fusobacterias) y espiroquetas
de la flora orofaríngea. Los pacientes desarrollan un cuadro
agudo de fiebre, mal estado general, linfadenopatías, halitosis
fétida y lesiones ulceradas en las encías, que sangran con
extrema facilidad. El estudio histológico de las encías inflamadas
muestra una reacción inflamatoria aguda y crónica, y
en los casos en que existe ulceración se puede observar una
escara necrótica en la superficie. El diagnóstico es clínico y
debe llevarse a cabo el diagnóstico diferencial con la gingivostomatitis
herpética primaria. En estos casos, la afectación
de otras zonas de la mucosa oral y la realización de la prueba
de Tzanck serán de ayuda diagnóstica. El tratamiento
ha de incluir medidas tópicas y limpieza quirúrgica de las lesiones.